Guillermo Dorronsoro: “Me gustan las personas que tienen ganas de volar, pero a su vez sientan sus raices”

Guillermo Dorronsoro (Sestao, 1965) ha participado en la primera edición de la Feria Enpresarean organizada por Bai Euskarari Ziurtagiriaren Elkartea impartiendo la conferencia Raíces y globalización desde el punto de vista global. Recién estrenado el cardo de decano en la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Deusto, confiesa que últimamente pasa demasiado tiempo en la A8 a caballo entre Donostia y Bilbao. Aún así, sigue compaginando su nueva tarea con el cargo de vicepresidente en IK4 y colaborando con diferentes entidades privadas.

Raíces y globalización desde el punto de vista local es el nombre de la conferencia que has impartido en la Feria Enpresarean. ¿Qué mensaje has querido transmitir?

Simplemente quiero incidir en la importancia que tiene las raíces de cada uno; me gustan las personas que tienen alas y ganas de volar, pero sintiendo las raíces.

Alas, ganas de volar, raíces…

Es sencillo. Las alas y las ganas de volar para conocer países, metodologías de trabajo o experiencias diferentes que sirvan para enriquecer lo nuestro. Y las raíces porque son como anclas que te hacen volver y son respetuosas con las costumbres de los países que visitamos.

¿Cómo trasladamos esa idea al mundo empresarial?

Me quedaría satisfecho si los oyentes han entendido lo importante que son las raíces de cada uno, y la importancia de impregnar cada empresa con nuestras raíces.

¿Crees que hemos perdido nuestros valores y nuestras raíces?

Así lo creo, si. A los gestores que hemos tenido sólo les mueve el dinero; se mueven al son de los euros. Además, este sistema capitalista aplaude este tipo de conductas, y así nos luce el pelo. Y que no se malinterpreten mis palabras; el dinero es necesario, cierto, pero no puede ser el único motor por el que nos movamos. Existen otros motores como la familia, los amigos, el barrio… tan importantes como el dinero y que debemos reforzar e integrar en nuestros proyectos.

¿Tu mensaje no es un poco contradictorio?

Podría ser, pero se trata de dos conceptos totalmente compatibles. Es una actitud que tiene que ver con el compromiso; soy de los que pienso que cuando una persona es capaz de comprometerse con alguna causa, esa persona se compromete con cualquier causa. Y a mi me gustan ese tipo de personas.

¿Qué opinión te merece la Feria Enpresarean?

Si te digo la verdad, veo a la Feria Enpresarean con proyección de futuro. Durante la última década, sobre todo desde que empecé a trabajar en Gipuzkoa, he observado que en las empresas el euskera es un factor a tener en cuenta, que existe una especie de apego, una preocupación, una conciencia favorable, que las empresas tienen sus certificados de euskera… Este proceso también me ha servido para darme cuenta de que tengo una carencia en mi formación académica: el euskera. Una carencia que además choca frontalmente con mi discurso.

¿Conoces la labor que desempeña Bai Euskarari Ziurtagiriaren Elkartea?

Por supuesto que conozco la labor de Bai Euskarari, y me quito el sombrero. En un proceso como el de la normalización del euskera, creo que es imprescindible incidir en la euskaldunización del mundo laboral. En este sentido, la labor que desempeña Bai Euskarari Ziurtagiriaren Elkartea en su papel de acicate es fundamental y me parece muy destacable. Para gente como yo, encontrarte con una asociación que te facilita vías de aprendizaje, y además une euskera y prestigio, incide en la importancia de utilizar el euskera como una herramienta de trabajo más o te hace ver que nuestra lengua para seguir creciendo necesita de todos nosotros es muy enriquecedor.

Esta claro que el euskera nos diferencia, pero ¿crees que nos hace mejores?

Sin lugar a dudas. Quisiera incidir en tres aspectos: 1. En un ambiente donde la gente utiliza el euskera como lengua prioritaria y de forma natural, el poder comunicarte con ellos en euskera es un valor añadido, ¿a quién no le gusta hablar en su propia lengua?; 2. En las instituciones sucede algo parecido. Hay que facilitar los canales de comunicación y en este sentido, es importante que los vascoparlantes puedan expresarse en su lengua porque es una forma de mejorar la comunicación. 3. Las raíces. Si de verdad creemos en nuestras raíces, es decir, en nuestro territorio, nuestra cultura o nuestro idioma tenemos que ser coherentes. Nuestra lengua es una parte de nuestras raíces, un factor a tener en cuenta y cuidar. Y ya sabemos lo que pasa cuando no se toma en serio, que se lo pregunten si no a los de mi generación.

Cambiando de tercio, no ha pasado demasiado tiempo desde que te has estrenado en el cargo de Decano de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de la Universidad de Deusto. ¿Qué tal lo llevas?

Ahora mismo estoy engrasando la maquinaria, adaptándome a los nuevos quehaceres. La Universidad de Deusto tiene dos sedes, una en Bilbao y la otra en Donosti, y se puede decir que paso demasiado tiempo en la A8, a caballo entre Bilbao y Donosti. Lo cierto es que mi carrera profesional ha sido bastante dispersa, y cada vez que he comenzado una nueva etapa el punto de partida ha sido el mismo: ¿qué legado dejaré cuando me vaya de aquí?

Y, ¿cuál es el legado que quisieras dejar?

En este sentido no he cambiado mucho, sigo con la misma obsesión de siempre: mejorar la comunicación. Yo no concibo ni empresas ni asociaciones, yo veo personas. Personas que comparten proyectos, personas que dan valor a las empresas. Tenemos que aprender a compartir puntos de vista, no existe una verdad absoluta ni un único punto de vista. Me considero una persona con gran capacidad de escuchar, de ponerme en el lugar de la otra persona, de entender todos los puntos de vista por muy diferentes que sean. Intento acoyundar esas ideas contrapuestas porque creo que pueden enriquecer un proyecto.

Además de mejorar la comunicación, ¿qué más ideas tienes en mente?

La Universidad, como institución, se encuentra en un periodo de cambio. Algo similar pasa en la educación. En esta situación, mi labor es conocer ese proceso y adaptarme al nuevo periodo, y en eso estamos. Por otro lado, tenemos el ámbito económico y empresarial, con grandes cambios, sobre todo a nivel de gestión. Cambios que no podemos perder de vista. Por lo tanto, nuestra labor es estar al tanto de los cambios, realizar las reformas oportunas para adaptarnos a ellas y, como no, abrir paso a los nuevos retos que se nos presentan en el horizonte.

En esta nueva tesitura es imprescindible que participe toda la comunidad escolar. Es un proceso donde tenemos que aunar dos factores: por un lado, es necesario entender el valor de nuestras raíces y potenciarlas. Y por otro, hay que saber adaptarse a los nuevos tiempos y saber integrar los cambios. En un mundo donde la globalización tiene tanta fuerza, tenemos que intentar ser los mejores, ser un referente, tenemos que ser capaces de que alumnos de China vengan a nuestras universidades, por la simple razón de que las nuestras son las mejores.

¿Y vamos por el buen camino?

Si, pero estos procesos necesitan su tiempo. La clave está en impulsar la participación de la ciudadanía; cuando compartes responsabilidades y dejas a la gente o a los trabajadores proponer sus propias ideas, te das cuenta de la potencialidad que atesoran. La clave es hacerles ver que desempeñan un papel importante. Aunque conozco otro tipo de realidades, es lo que me ha enseñado la experiencia.

Ya me perdonaras, pero no puedo seguir con la entrevista sin mencionar la crisis económica. Te he leído varias entrevistas, y hace tiempo que no escuchaba un mensaje tan positivo. Teniendo en cuenta que muchos de nuestros lectores son empresarios, comerciantes o trabajadores, quisiera que repitieras ese mensaje.

Es una cuestión de perspectiva. No estamos acostumbrados a mirar con perspectiva de futuro, siempre buscamos resultados a corto plazo. Es cierto, vienen meses difíciles, no seré yo quien niegue esa realidad. Pero si me pongo a mirar al futuro, y hecho la vista atrás e indago en nuestra historia, veo motivos suficientes para ser optimistas.

¿Y qué es lo que te enseña nuestra historia?

Mira, yo no necesito poner en marcha mi imaginación para proyectar un escenario sin crisis. Si hecho la vista atrás, me doy cuenta que nuestros antepasados también han pasado por situaciones similares y, que en muchas ocasiones, han salido reforzados de ellas. Todas las crisis dejan dos grupos bien diferenciados: a un lado queda el grupo de los que salen reforzados y, en otro lado, están los que lo pierden todo. Nuestro país siempre ha sabido salir reforzado: con trabajo, con sacrificio, con mucho esfuerzo, con compromiso, con solidaridad, revelándose ante las adversidades, diseñando proyectos de futuro… es decir, a base de mucho trabajo. Pero siempre adelante.

En tu opinión, ¿la fractura social será uno de los mayores problemas que dejará la crisis?

Desde luego, una fractura social que ya se divisa. La sociedad se está dividiendo en dos grupos: por un lado estamos las personas con trabajo, con un sueldo… pero en el otro lado están los desempleados que no pueden acceder a un puesto de trabajo, los trabajadores que se han quedado en paro… Recomponer esta fractura social va a ser costoso.

¿Te atreverías a dar algún consejo a nuestros lectores?

Hombre, no existen recetas mágicas que puedan aplicarse de forma general. Habría que estudiar caso por caso, pero una vez aclarado ese punto, les diría que sean valientes, y que no tengan miedo a los cambios. Estoy convencido de que la crisis dejará importantes cambios estructurales, por lo que será necesario aceptar esos cambios y acoplarse a los nuevos tiempos. Si no es así, corremos el riesgo de quedarnos en fuera de juego.

De acuerdo, entonces ¿qué pasos debería de dar?

En primer lugar, hay que interiorizar que estos cambios no se dan de un día a otro. Otro aspecto a tener en cuenta es el de las sinergias. Últimamente nos hemos vuelto muy individualistas, y creo que es una estrategia errónea. Por lo tanto, hay que acercarse a las asociaciones, y aprovechar sus infraestructuras y sus conocimientos. Los dueños de los pequeños comercios, por ejemplo, deberían acudir a las asociaciones de comerciantes y asesorarse.

Muchas gracias, Guillermo. Si quisieras añadir algo más.

Gracias a vosotros por invitar a una persona como yo a la Feria Enpresarean y hacerme un hueco en vuestra revista. Siento que me siento en deuda con el euskera.

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