"Hay que contrastar el impacto de la sostenibilidad en la propuesta de valor y poner proyectos en marcha"

Ibon Antero, coordinador de las acciones de transformación social de la Corporación Mondragón, conoce perfectamente los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible. Hemos conversado con él en torno a la Agenda 2030, coincidiendo con la quinta edición de la Feria Enpresarean.

¿Cómo se ha acercado la Corporación Mondragón a la Agenda 2030 y a los Objetivos de Desarrollo Sostenible?

¿Qué aporta el modelo cooperativo a la sociedad? Nos preguntamos repetidamente. Y esta vez nos hemos puesto de cara al interior y hemos partido de lo que somos. Todo ello está relacionado con la ponencia de Mondragon del futuro. En la ponencia se recogen los retos del futuro. La agenda ofrece una visión muy amplia y apoyándonos en esta foto hemos visto qué hacemos y en qué podemos mejorar. Por ejemplo, muchas cooperativas, Eroski o Laboral Kutxa, llevan tiempo trabajando en el marco de la sostenibilidad. Otras cooperativas están dando pasos ahora y nuestro trabajo es avanzar entre todos. Ha tenido muy buena acogida y el grado de ambición que se observa en general es alto.

¿Qué obstáculos habéis encontrado en el trabajo realizado? ¿Cuál ha sido el tema más difícil de tratar?

Nos cuesta encender las luces largas y tener una visión a largo plazo. Por otro lado, tenemos dificultades para ver la relación de la Agenda 2030 con la actividad de la empresa. Ver la relación de la sostenibilidad con la actividad empresarial o cooperativa no es inmediato. No sólo es una cuestión de distribución del dinero a COFIP, sino que el desarrollo de la Agenda 2030 está íntimamente relacionado con la competitividad de la empresa y no es fácil verlo así.

¿Habéis tenido el apoyo de las administraciones para ello?

Las administraciones ponen un marco y todo ello ayuda. Dibuja una dirección. Desde Europa, el Gobierno Vasco y la Diputación también disponen de esta visión, así como las redes municipales. Existen otros componentes, ya que Mondragon y las cooperativas están escuchando y ayudando a las necesidades de sus clientes, consumidores y trabajadores. Por ejemplo, la demanda de clientes y administraciones y de la sociedad es ir reduciendo la huella de carbono. Los cooperativista tienen cada vez más conciencia. En el ámbito de la financiación, todos los mecanismos están cada vez más relacionados con la Agenda 2030.

¿Qué os aporta trabajar las EDS en las cooperativas?

Mencionaría dos. Es ideal para poner en valor lo que hacemos, porque muchas veces no nos damos cuenta de ello. Al mismo tiempo, nos ayuda a identificar nuestras carencias y retos. El marco que nos ofrece la Agenda 2030 es una palanca para la innovación. Así mismo, nos ofrece la posibilidad de impulsar nuevas colaboraciones. Fomenta la intercooperación con agentes externos.

¿Qué inversión tienen que hacer las empresas para integrar las EDS en su estrategia?

Conocer cómo se está desarrollando el sector, conocer lo que demandan los grupos de interés, identificar las variables más relevantes en su sector, tomar conciencia y realizar un estudio diagnóstico preciso. Se trata de contrastar el impacto de la sostenibilidad en la propuesta de valor y poner en marcha proyectos.

¿Qué valor añadido aportan las EDS a las empresas?

Capacitan a las cooperativas para atender las demandas de las diferentes sociedades, clientes, administraciones y grupos de interés. Lo que hacemos es también crear un lenguaje para comunicar mejor.

¿Hay algún tema que esté fuera de los Objetivos de Desarrollo Sostenible y que consideres importante?

La diversidad cultural, la identidad, ambos términos no se mencionan explícitamente y ahí hay una carencia. Los agentes de las lenguas minorizadas han denunciado esta situación desde el principio. Hay una necesidad de diversidad cultural e identitaria que ha quedado fuera en cierta manera.

¿Cómo habéis tratado el tema del idioma? ¿Dónde y cómo habéis incorporado la perspectiva lingüística y por qué?

Las cooperativas de Mondragon han apoyado e impulsado desde siempre el euskera y la cultura vasca. Es importante seguir trabajando en estas áreas en esta agenda. También debe quedar recogido el reto de la cultura y la identidad. En este ámbito, por un lado, está la educación y, por otro, las competencias necesarias para un empleo y un trabajo digno; el euskera es también una competencia.