Las empresas ofrecen cada vez más medios a los recursos humanos o a la gestión social. ¿Cómo trabajáis ese área en las cooperativas del Grupo Fagor?
Tenemos grandes retos en todas las cooperativas y, cómo no, se están dando grandes cambios en materia de recursos humanos, lo que supone una dedicación más profunda. En la gestión social son muchos los temas a tratar en este momento; los perfiles necesarios para el trabajo, los puestos de trabajo, la atracción de talento, las necesidades de producción, los cambios de calendario, la complejidad de los mercados... y para responder a ello se necesita flexibilidad.
Al mismo tiempo, el desarrollo de las personas tiene una gran importancia para las cooperativas y la formación y capacitación son fundamentales.
Y en el contexto de esta compleja situación aparece en el horizonte la Agenda 2030.
¿Se ha dado importancia al ámbito social en la Agenda 2030?
Por supuesto, el ámbito social es una de las dimensiones de la sostenibilidad. Las personas y la implicación social son dos de las cinco áreas de gestión de la sostenibilidad. Las personas se colocan en el centro y, como cooperativa, esta rama aún cobra más peso. Vivimos en la era del conocimiento y las personas son, en gran medida, la clave de la competitividad empresarial. Tenemos grandes retos en este ámbito y los estamos definiendo dentro de la iniciativa estratégica Fagor 2030, con el objetivo de contribuir al bienestar de las personas que conforman el Grupo Fagor y de la comunidad cercana.
En este sentido, y desde la perspectiva de la normalización del euskera, ¿cómo pondréis en práctica los Objetivos de Desarrollo Sostenible en las cooperativas?
La normalización del euskera se enmarca en la estrategia de sostenibilidad de Fagor 2030. Nos corresponde dar respuesta a los retos globales, pero es previsible que hacer el camino hacia la sostenibilidad en euskera y en euskera facilite la incorporación de estos retos a la escala local.
Pero en este campo tenéis un largo recorrido.
Sí, cumplimos 20 años en este recorrido y hemos aprendido mucho. En los últimos cinco o seis años hemos sabido adaptar los planes e integrarlos en la gestión. Nos referimos a la gestión de las lenguas y al reconocimiento de las funciones propias del euskera en el ámbito socioeconómico. En el último proceso estratégico marcamos cuatro líneas de trabajo. La primera es la universalidad de la comprensión; todos los puestos de trabajo tienen perfil en función de sus necesidades comunicativas y el nivel mínimo de exigencia es la comprensión. La segunda línea de trabajo es la gestión de los mapas lingüísticos, identificando el conocimiento y el uso de cada zona, protegiendo y convirtiendo a los espacios en los que se habla en euskera en agentes. La tercera, el reconocimiento de funciones propias al euskera, que necesita de funciones específicas para garantizar su sostenibilidad en el ámbito laboral. Y por último, la cuarta línea estratégica de trabajo, la comunicación y la legitimación, desarrollando la comunicación interna y externa y reforzando nuestra aportación como agentes sociales en esta materia.
¿Qué sinergias tiene que tener el euskera con otras cuestiones del ámbito social?
La suma de todas las áreas constituye un proyecto cooperativo que no podemos gestionar de forma aislada. Todas las áreas interactúan y se alimentan a la vez. Estamos marcando estrategias a largo plazo en el ámbito social y sería un error no tener en cuenta los conocimientos adquiridos en el camino hacia la normalización del euskera. Pero la normalización del euskera también tiene que beber de otros, como la transformación social o la igualdad de género.
Volvamos al euskera. Cuando no se cumplen las medidas acordadas, ¿qué?
El conocimiento del euskera es un requisito más del puesto y el objetivo es gestionarlo junto con el resto de requisitos técnicos. Es imprescindible que la persona que ocupe el puesto indique cuáles son los requisitos y su nivel respecto a los mismos. Desde este punto de partida, estableciendo los planes de formación necesarios, como en cualquier otro ámbito. En los últimos años, en lo que respecta al euskera, hemos detallado cómo se va a llevar a cabo este proceso en las nuevas contrataciones y en los cambios de puesto de trabajo. Implica un compromiso y seguimiento bilateral y la implantación de medidas correctoras cuando sea necesario.
Y desde el punto de vista de la comunicación interna, ¿cómo llegar a los empleados y socios?
Juntos formamos un proyecto cooperativo en el que es imprescindible que todos y todas formemos parte del mismo. En cuanto a la comunicación, en las cooperativas tenemos canales propios, como charlas informativas. Además, en este momento hemos creado un boletín dirigido a todas las personas del Grupo Fagor.
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Bai Euskarari Elkartea está incidiendo en aumentar el uso del euskera en el mundo laboral, en toda Euskal Herria. Comenzamos nuestra andadura con el Certificado Bai Euskarari y estamos poniendo a vuestra disposición todos estos proyectos para trabajar de forma cómoda en euskera: el portal de trabajo Lansarean, Enpresarean, Euskaragileak, Elkarrengandik Ikasiz solasaldiak, etc.
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